martes, 25 de abril de 2017

Tecnología en los niños: ¿amiga o enemiga?.

Hoy en día es muy común ver a niños pequeños entretenidos con una tableta o un teléfono inteligente. Si antes la gran preocupación de los papás era que sus hijos pasaran demasiado tiempo viendo tele, hoy la situación es distinta.

De acuerdo con la especialista en educación, y Directora General del centro SEDI para el desarrollo infantil, Patricia de la Fuente, el problema con la tecnología en los niños, particularmente estos dispositivos, es que si no se utilizan con moderación podrían alterar el desarrollo y la salud de los más pequeños del hogar, llegando a provocar irritabilidad, cambios de carácter y problemas de ansiedad a la hora de dormir. “Uno de los aspectos más preocupantes es que, la nueva generación, denominada homelander –como se les denomina a los nacidos en los últimos 15 años- está acostumbrada al uso indiscriminado de estos aparatos debido a que son innatos tecnológicos. Sin embargo, como padres, debemos encontrar un equilibrio para que no se convierta en un detonador de malas prácticas en la vida social”, comenta.

El uso infantil de los smartphones ha crecido del 8% al 40% en dos años, una situación que preocupa a especialistas como la psicóloga infantil Graciela Vilchis: “Si al pequeño se le proporciona alguno de estos aparatos por un tiempo extendido puede afectar el desarrollo de habilidades sociales o disminuir su capacidad de resolución de problemas, por ejemplo, matemáticos. ¿Cuántos no estamos acostumbrados a solucionar todo con el uso de apps o herramientas internas del celular? Estas enseñanzas se transmiten a los niños”.

Por otro lado, la Academia Americana de Pediatría (AAP) señala que el uso de pantallas en menores de 2 años puede generar retrasos en el aprendizaje, además de que la luz que emiten estos dispositivos puede alterar la secreción de sustancias como el cortisol o la melatonina. “Es importante cuidar de dispositivos, sobre todo en la noche, pues es cuando hormonas como la del crecimiento (HC) alcanzan su máximo nivel en menores de 10 años” comenta Patricia de la Fuente.

De acuerdo con lo anterior, la especialista nos da algunos consejos sobre el buen uso de celulares y tabletas.

·         Recálcale que ni los teléfonos ni las tabletas son juguetes y establece límites de tiempo en cuanto a su uso. Si tu peque tiene menos de 10 años, lo mejor es que siempre lo haga supervisado por un adulto.

·         Evita que lo use durante la noche.

·         Refuerza las actividades al aire libre, la lectura y las manualidades, esto alimentará su imaginación y creatividad.

·         Evita darle total libertad sobre tu celular o tableta. Es importante recordarles que son de nuestra propiedad y eso es algo que debe respetar.
·         Cerciórate de que su interacción con amigos sea natural y no esté replicando lo que observa en internet. Es importante vigilar esto para que te asegures de que no se está saltando etapas de diversión.

martes, 18 de abril de 2017

Si no estudias, no trabajas

La misión casi imposible de los menores de 25 años con poco nivel de estudios en España es acceder al mercado laboral. Y esto, aunque parece una obviedad, no lo es tanto, como demuestra el hecho de que "el desempleo juvenil se trate erróneamente como un fenómeno homogéneo, cuando la situación de partida de cada joven en cuanto a su nivel de estudios influye directamente en su éxito laboral y, en el futuro, en su probabilidad de riesgo de probreza y exclusión".
La afirmación, tajante, la hace a EL MUNDO Begoña Cueto, profesora titular de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo y autora del dossier Bajo nivel educativo, baja participación laboral, que forma parte de un estudio más amplio del Observatorio Social de La Caixa sobre la situación de los jóvenes españoles. Cueto sostiene además que el problema de trabajo de los jóvenes sin estudios es estructural y se sostiene más allá de la recesión. "Independientemente del ciclo económico, la tasa de empleo de las personas con estudios básicos no llega al 60% en los momentos centrales de sus vidas, mientras que la de aquellas que tienen estudios superiores alcanza el 90%".
El trabajo, publicado este miércoles, recoge que en España la crisis ha sido especialmente larga, que ha repercutido de manera muy negativa en el mercado laboral y que ha perjudicado enormemente a los jóvenes. "La recesión empeoró la situación de todos los menores de 30 años, pero aquellos con un bajo nivel de estudios vieron caer su tasa de empleo entre 25 y 30 puntos, mientras que la de quienes contaban con estudios superiores cayó 10 puntos".
La profesora de la Universidad de Oviedo destaca estas diferencias en las cifras de tasas de empleo y desempleo según la formación. "A pesar de que se conoce muy bien el impacto positivo de la educación sobre el acceso al empleo, seguimos hablando de desempleo juvenil como si fuera un todo homogéneo cuando su situación es muy distinta dependiendo del nivel de cualificación alcanzado". Y el problema, recuerda, es que el grupo de jóvenes con bajo nivel de cualificación aún es sustancial (el 7,2% de los chicos entre 16 y 29 años tiene estudios primarios o menos y el 35,5% la ESO).
Cueto insiste en recalcar algo evidente pero que parece olvidado: "Las dificultades de inserción laboral de un joven universitario nada tienen que ver con las de un joven que abandonó la educación obligatoria. Sin embargo, no es habitual el diseño de políticas diferenciadas para atajar este desempleo".
"La crisis ha afectado a los chicos en un momento clave de su trayectoria laboral: la transición de la educación al empleo, lo que puede tener extensas repercusiones", dice la investigadora, que ahonda además en el problema del abandono escolar temprano en España. Aunque en 2016 el porcentaje de abandono bajó por primera vez del 19% , sigue siendo una cifra muy alta. "Es un problema grave que comienza en la etapa de educación primaria. En quinto de primaria, el 89,5% del alumnado está matriculado en el curso teórico que le corresponde. A los 14 años el porcentaje baja al 71%. Estas cifras muestran una elevada tasa de repetición, cuando diversos estudios nos dicen que repetir curso no es una estrategia que funcione, por lo que se deberían poner en marcha políticas de apoyo en los primeros cursos y dedicar recursos en esta primera etapa para que los alumnos no se desmotiven".
"Desafortunadamente", recuerda la profesora, "el origen social sigue influyendo mucho en la probabilidad de abandono educativo. Quienes tienen padres con bajos niveles educativos, siguen teniendo una mayor probabilidad de tener un bajo nivel de cualificación". Los datos muestran que la diferencia entre el rendimiento medio de los alumnos más y menos favorecidos socioeconómicamente en 2015 en España, fue de 80 puntos en las tres competencias: lectura, ciencia y matemáticas. Ello equivale a un retraso estimado de dos años de enseñanza.

Sin empleo, pero no ni-nis
Begoña Cueto quiere desmontar el mito de los 'ni-nis' (ni estudian ni trabajan), "que categoriza negativamente a los jóvenes y no refleja la realidad". Ella utiliza el término inactividad para dar una radiografía más fiable de la juventud española. Con el vocablo inactivos "definimos a aquellos que no están trabajando ni buscando empleo y por distintos motivos".
La inactividad por razón de estudios representa un porcentaje muy relevante del total que, además, ha aumentado durante la crisis (ya que al no haber trabajo siguen estudiando). Pero la investigación destaca que entre las personas con baja cualificación "aparecen otros dos motivos importantes. La enfermedad o incapacidad propia para no buscar empleo de un 23,5% de los varones con bajo nivel educativo y de un 18,9% de las mujeres; y el cuidado de dependientesentre quienes tienen estudios primarios o menos o estudios secundarios con orientación profesional".
La autora se muestra sorprendida y preocupada por "la relevancia de las razones de cuidado y conciliación para explicar la inactividad laboral de las mujeres. Incluso entre las más jóvenes, ya se perciben problemas de conciliación entre vida laboral y familiar que no aparecen en el caso de los hombres", señala.
Los jóvenes inactivos han aumentado considerablemente con la crisis. En 2008 era inactivo el 32,5% de los menores de 30 años, una cifra que en 2016 alcanzó el 44,5%. Entre quienes completaron la ESO en 2006 era inactivo el 36% mientras que una década después lo era el 51,8%.
Escaso éxito de los programas de inserción laboral
El informe del Observatorio Social de La Caixa incluye también un análisis de Almudena Moreno, profesora de sociología de la Universidad de Valladolid, sobre el reto de la Garantía Juvenil, una recomendación adoptada por el Consejo Europeo para que los menores de 25 años -en España se amplió el rango de edad hasta los 29- tengan una oferta de empleo y formación en los cuatro meses posteriores a la finalización de sus estudios o a la entrada en situación de desempleo.
Sin embargo, este programa no ha cuajado en España. Tan sólo lo conoce el 25% de los jóvenes españoles, según datos del Eurobarómetro, y el porcentaje de chicos que tras seis meses de estar registrado encontró empleo o formación fue del 38%, frente al 71% de éxito de los irlandeses o el 68% de los italianos.
Moreno destaca que "son precisamente los jóvenes con menos formación y por tanto más susceptibles de experimentar situaciones de pobreza y exclusión social los que menos se registran como demandantes de empleo, junto con los jóvenes con estudios superiores, aunque por razones diferentes: los primeros, porque tienen menos habilidades y competencias para buscar trabajo, además de estar desmotivados. Los segundos porque no confían en encontrar trabajo en estos servicios".
Las causas de esta ineficiencia para atraer a los jóvenes estriban, por un lado, en la escasa visibilidad de las campañas publicitarias entre la población joven y, por otro, en la limitada capacidad administrativa, presupuestaria y de personal.
Las cifras de la juventud española
·         En los últimos 20 años, el desempleo juvenil prácticamente ha doblado el desempleo general.
·         El 79% de los jóvenes (19-30 años) tiene la impresión de que han sido excluidos de la vida económica y social a raíz de la crisis. En la UE el porcentaje es del 57%.
·         En 2005, el 44% de los jóvenes que vivían con sus padres estudiaba, frente a casi el 60% en 2015. En 2005, el 40% de ellos trabajaba, más del doble que una década después (17%).
·         Los hombres jóvenes abandonan el hogar de los padres casi dos años más tarde que las mujeres, con 30,1 años frente a los 28 de ellas
·         Casi cuatro de cada 10 jóvenes estaba en 2015 en riesgo de pobreza y exclusión social, 10 puntos más que en la UE (29,1%).


viernes, 7 de abril de 2017

Decálogo para las vacaciones

1. Las vacaciones son para disfrutar y descansar

Del mismo modo que los adultos no emplean -o no deberían emplear- el tiempo de vacaciones para repasar o adelantar el trabajo de la oficina, no tiene sentido que los niños se pasen las vacaciones realizando las mismas tareas que realizan a lo largo del curso. El verano es el tiempo para que duerman más, tengan horarios menos rígidos y menos obligaciones que durante el curso académico. Y hay que pensar que jugar nunca es perder el tiempo, y menos en vacaciones.

2. Ayudar en casa

Las vacaciones son para descansar, pero no para no hacer nada. Y lo primero que hay que enseñar a los niños es que deben contribuir a las tareas domésticas, ayudando a que el tiempo de descanso lo sea para todos, también para los padres. El hecho de que tengan horarios menos rígidos y más tiempo para el ocio y descanso debe ser aprovechado para fomentarles su autonomía e incrementar su habitual aportación a la buena marcha de la casa, Que se vistan solos y aprendan a recoger la ropa cuando son pequeños, que hagan la cama y mantengan ordenada su habitación, que ayuden a poner y quitar la mesa o a poner los platos en el lavavajilla o incluso a preparar la comida o la cena, que colaboren haciendo la compra o yendo por algunos recados, son tareas muy recomendables que contribuyen más de lo que se piensa a su desarrollo personal y también a su felicidad presente y futura.

3. Conversar con ellos (y escucharlos)

Las vacaciones son un buen momento para pedir a los hijos que aumenten su contribución en casa. Recíprocamente, son también la mejor época para dedicar tiempo a nuestros hijos y estar con ellos y sobre todo conversar con ellos. "Habla para que yo te conozca", decía Sócrates. Hacer hablar a los niños, incluso de forma pública, entre nuestros familiares y amigos, es una manera extraordinaria de desarrollar sus capacidades intelectuales y de entrenarlos en una de las habilidades y competencias tradicionalmente más deficitarias en nuestro sistema educativo, que es la de hablar en público. A los niños les encanta hablar en público y sentirse protagonistas. Aprovechar este tiempo para escucharlos y también para que nos escuchen a nosotros es otra excelente forma de contribuir a su desarrollo personal e intelectual.

4. Entrenar los conocimientos de forma lúdica

Hay muchas formas, y sólo hay que aprovechar el contexto y las oportunidades de cada día, y también tener en cuenta las habilidades y gustos de cada niño. Por ejemplo, una forma de que un niño de siete años haga matemáticas, sin tener la sensación de estar haciéndolo, es dejándolo que se encargue de pagar y de que esté pendiente de que le den la vuelta correcta. ¡Les encantará! A un niño que le gusta dibujar puede resultarle mucho más motivador hacer un dibujo en la arena de la playa que ponerlo delante de un cuaderno. Y desde luego a todos les podrá parecer mucho más divertido tener en casa "la hora del inglés" antes que repasar vocabulario. Y el resultado puede ser casi el mismo (o mejor).

5. Leer, leer y leer

Y si es posible, organizar un momento de lectura en voz alta. La lectura en voz alta es magnífica para el cerebro y, si al niño no le gusta especialmente, se le hará mucho más llevadera al poder contar con la atención de la familia. En cualquier caso, tenga en cuenta que los niños imitan lo que ven, y si ven a los padres leer, lo normal es que ellos lean. Si ven a sus padres con la tableta o el móvil, ellos pensarán que esa es también la mejor forma de ocio.

6. Una actividad para demostrar lo aprendido

Hay que enseñar a los niños que los conocimientos son algo útil y eficaz, algo que les ayuda para la vida. El verano es un momento magnífico para que los niños se den cuenta de lo que han aprendido y de lo bueno que es saber más para la vida diaria. Una buena forma de lograrlo es plantearles, en forma de reto, que desarrollen una actividad para demostrarnos y demostrarse a sí mismo algo de lo mucho que han aprendido. En un niño pequeño, puede ser comprar una postal para el abuelo, redactarla y enviársela. O escribir una carta a un amigo del cole y enviársela contando cómo se lo está pasando en las vacaciones. En un chaval que entra en la ESO puede ser un resumen creativo del verano o de un viaje del verano, en dibujos, diapositivas, vídeo, o como quiera. Una actividad de este tipo no sólo será un buen entrenamiento intelectual para no perder la forma sino que además fomentará la autoestima de los niños.

7. El día en el que "mandan" ellos

Otra idea en esta misma dirección es reservar un día en el que todas las actividades son decididas por ellos, pero también desarrolladas por ellos (aunque sea con nuestra ayuda). Ellos son los jefes, los "padres" y deciden el calendario de la jornada. Que todo salga bien, depende de ellos.

8. Viajar

Siempre que se pueda, viajar es ya en sí mismo una forma de aprender y madurar y desarrollarse intelectual y personalmente. Si tenemos esa suerte de poder viajar, lo que hay que evitar a toda costa es que los niños formen parte simplemente del equipaje. Darlesresponsabilidad en la planificación y desarrollo del viaje, dejarles que ellos se informen y sean los que elijan algunas actividades en concreto y que tengan que ponernos al día a nosotros de lo que estamos viendo o vamos a hacer, permitirles que ellos sean los que pidan en el restaurante o se hagan responsables de su documentación en el hotel o en el aeropuerto, dejar que nos saquen los billetes de los museos o de los espectáculos a los que vamos a ir..., todo eso es potenciarles su autonomía y su capacidad intelectual.

9. Museos, conciertos... Cultura

Aprovechar el verano para interesarlos por las artes y la cultura, visitando museos o pueblos monumentales, o yendo a conciertos juntos, o simplemente al cine de verano, son otras actividades más que recomendables para el verano.

10. La televisión y el móvil: ni premio ni castigo

Con la televisión y los dispositivos electrónicos, lo mejor que se puede hacer es establecer unas normas a principio del verano sobre los horarios y condiciones de uso. Y en la medida de lo posible, que sean similares para toda la familia, niños y adultos. También resulta recomendable no usar el tiempo de exposición a estos dispositivos como mecanismo de premio o castigo, pues, si se hace así, los niños aprenderán inconscientemente que no hay ninguna forma de ocio mejor que esa. Nuevamente aquí es preciso insistir que la mejor forma de predicar es con el ejemplo.


Recomendaciones para trabajar con niños pequeños en vacaciones

40 Recomendaciones 

PARA DESARROLLAR LA AUTONOMÍA
1.- Intentar que sigan teniendo un horario y un orden, dentro de lo posible.
2.- Trabajar la autonomía para favorecer la entrada al cole.
3.- Compartir  y disfrutar con ellos todos los momentos posibles, no darles las cosas hechas, enseñarles a hacerlas
4.- Hablarles de todo lo que ven, hacer que prestan atención a lo que hay a su alrededor, hacer que se fijen en cualidades de los objetos, colores, formas… explorar  e investigar juntos.
5.- Ayudarles para que hagan las cosas por ellos mismos: vestirse, desvestirse, ponerse los zapatos, utilizar los cubiertos…
6.- No abandonar los límites puestos durante el curso, no ceder ante sus caprichos.
7.- Hacerles pequeños encargos de traer y llevar cosas.
8.-Crearles pequeñas responsabilidades: Por ejemplo, encargarse de poner las servilletas en la mesa.
9.- Hacerles responsables de recoger sus cosas, quedando estas recogidas después de jugar.
10.- Pedirles ayuda al realizar la compra.
11.- Introducir texturas de alimentos nuevos, frutas nuevas, combinar colores, hacer figuras por ejemplo una flor.
PARA FAVORECER EL DESARROLLO MOTRIZ
12.- Subir y bajar escaleras alternando pies.
13.- Cuando se suban a una altura, banco o columpio, no bajarles sino enseñarles a bajar poniéndose de espaldas y bajando hacia atrás agarrado.
14.- Juegos con pelotas: lanzar y recoger, rodar por un caminito, patada con el pie.
15.- Equilibrios con un pie.
16.- Andar hacia atrás.
17.- Organizar circuitos: debajo de la mesa, subir a un banquito, saltar…
18.- Para motricidad fina, ejercicios de cosido, hacer collares…
19.- Pintar con materiales de diferentes texturas, más blandas, más duras… con las manos, con los dedos…
PARA FAVORECER EL DESARROLLO COGNITIVO
20.- Hacer torres con cubos, botes, piedras… cualquier material vale.
21.- Construcción de trenes…
22.- Agrupar objetos según un criterio: pelotas, un color, piedras, conchas, papeles.
23.- Hacer conjuntos de objetos con características comunes.
24.- Abrir y cerrar botes, enroscar y desenroscar.
25.- Imitar trazos tanto en papel como en la arena, agua, en el aire…
26.- Emparejar objetos: lápiz con el papel, jabón con la esponja, agua y el vaso…
27.- Realizar series de objetos cotidianos siguiendo un criterio dado.
PARA FAVORECER EL DESARROLLO DEL LENGUAJE
28.- Contarles cuentos dejando las frases sin terminar.
29.- Cuentos con pictogramas.
30.- Nombrar todo lo que veis para aumentar su vocabulario.
31.- Pedir que nombre las imágenes de un libro.
32.- Nombrar las partes del cuerpoen él y en otra persona.
33.- Ejercicios de lengua y boca: lengua dentro-fuera, arriba-abajo, doblar lengua, morritos, boca abierta-cerrada, dar besos al aire, boca de pez.
34.- Ejercicios de soplar: papel seda, carreras de bolitas, soplar por pajita, sorber por pajita, soplar pompas de jabón, apagar una vela….
35.- Inflar las mejillas como globos y explotar.
36.- Imitar sonidos del entorno como el teléfono (ring ring), reloj (tic tac), timbre (dindon), moto (brrrr), ambulancia (ninonino).
37.- Imitar sonidos de animales.
38.- Decir silencio ssssss.