viernes, 29 de abril de 2016

El ideal educativo basado en la innovación.


Todos somos conscientes hoy en día del ritmo al que avanza la tecnología y de cómo está influyendo en los diferentes sectores de la sociedad. Estos procesos de cambio se producen en diferentes ámbitos. Recientemente hemos observado el nacimiento de nuevas profesiones como la de Community Manager o la de Digital Marketing Manager, las llamadas profesiones digitales. También ha cambiado nuestra forma de comprar desde que el comercio electrónico llegó a nuestras vidas. Vivimos saturados de información por el constante bombardeo de mensajes que nos llegan a través de multitud de canales y del surgimiento de nuevos medios de comunicación, como las redes sociales.  Además, cada uno de nosotros sentimos que somos accesibles y estamos conectados, no sólo con nuestros familiares y amigos, sino también con un sinfín de personas a las que no conocemos personalmente. Nuestra forma de comunicarnos ha cambiado y las barreras físicas desaparecen: participamos en comunidades virtuales y charlamos con los que tenemos lejos a través de videoconferencias.
 
La influencia de la tecnología, como no podía ser de otra manera, también ha llegado al ámbito educativo. Hemos pasado en menos de cincuenta años de escribir con plumilla y tinta, a coger los apuntes en tablets o dispositivos móviles, escribir sobre pizarras digitales o utilizar programas informáticos para mejorar nuestras competencias. También se han producido cambios en la metodología educativa, los recursos han ido evolucionando y contamos con procesos de aprendizaje innovadores.
 
La metodología es una de las partes más importantes de la programación didáctica y por ello, deberíamos preocuparnos por su correcto desarrollo y funcionamiento. Es necesaria la transformación del modelo de enseñanza para lograr una integración adecuada de nuevos recursos didácticos y estrategias de aprendizaje.
 
Pero vayamos por partes. Actualmente la sociedad no ha conseguido llegar a la metodología ideal porque hay aspectos que frenan su aplicación. Sin embargo, estoy convencido de que en no mucho tiempo será posible alcanzarla y, todo indica, que constará de los cuatro pilares básicos que vamos a ver a continuación:
 
1. Interactividad. No hay dos personas iguales. Entonces, ¿por qué tenemos que estudiar y formarnos todos de la misma manera?  Todos los ejemplares de un libro de una asignatura de primaria tienen la misma portada, comienzan por la misma página y terminan igual. Sin embargo, las nuevas tecnologías nos permiten adaptarnos completamente a cada estudiante; tanto a su ritmo como a sus objetivos y a sus prioridades.
 
Para conseguir una verdadera adaptación a cada alumno será necesario analizar sus patrones de comportamiento, saber si es una persona visual, kinestésica o auditiva, por ejemplo, proponerle caminos de aprendizaje que le sean propicios a sus capacidades y conseguir que saque la máxima rentabilidad a cada unidad de tiempo y de esfuerzo que el alumno dedique. Si no conseguimos cubrir las necesidades y los objetivos de cada uno y de la manera más fácil y rápida para el alumno, no podremos hablar de formación ideal. Y esto, sí o sí, pasa por una enseñanza completamente interactiva y en función del alumno.
 
2. Gamificación. Cuando hablamos de gamificación, aún hoy en día, mucha gente piensa que hablamos de juegos y, sin embargo, esa asimilación está bastante lejos de la realidad. Gamificar es extraer las dinámicas que subyacen a los juegos y aplicarlas a campos que en principio no son divertidos. Gamificar consiste en conseguir que la gente se motive y se divierta haciendo cosas que sin estas dinámicas extrínsecas serían de lo más aburridas. Por ejemplo, cuando le damos "puntos positivos" a un niño por hacer las tareas de casa, cuando colgamos el cartel de "empleado del mes" en McDonalds, cuando damos un premio al que acabe siendo el mejor proyecto de la clase, estamos gamificando, estamos incentivando comportamientos a base de indirectos de carácter social (alcanzar cierta cantidad de puntos y subir en la clasificación de FarmVille, por ejemplo) o bien de carácter personal (bajar mi marca personal en cada largo que hago en la piscina,).  Conseguir que las formaciones sean divertidas no es directamente fundamental en el aprendizaje en sí mismo pero sí resulta fundamental a la hora de reducir el número abismal de abandonos, por ejemplo, que actualmente se producen en las formaciones gratuitas de internet. Y, lógicamente, si una formación no se cursa y no se termina, no se aprende. Por lo tanto, al menos indirectamente, gamificar acaba resultando fundamental en el proceso de aprendizaje.
 
3. Aprendizaje Colaborativo. Por aprendizaje colaborativo entendemos la formación de grupos pequeños en los que los alumnos trabajan conjuntamente para obtener los mejores resultados de aprendizaje, tanto a nivel individual como a nivel grupal. No estudiamos de la misma manera para saber de qué va el tema que para enseñar a los demás. Esto último requiere de una compresión mucho más profunda que es lo que nos lleva al Aprendizaje Colaborativo. Aquí no sólo la persona que aprende se beneficia de la experiencia, sino también el estudiante que explica la materia a sus compañeros consigue una mayor comprensión.  Lo más importante en el aprendizaje colaborativo es la interacción entre las personas que constituyen un grupo.  No es lo mismo sentarte a estudiar tú solo en tu habitación, rodeado de libros y apuntes, que compartir y enseñar la materia a tus compañeros. De este modo mejora la capacidad de compresión del alumno, el estudio se hace más ameno y se aprende más en menos tiempo y de una forma divertida.
 
4. Flipped Classroom y Seguimiento Personalizado. Seguro que alguna vez has estado en una clase en la que el profesor llegaba al aula, se sentaba y se ponía a leer un libro de texto. En ese momento has pensado que la clase era aburrida, que lo que estaba haciendo el profesor lo podrías hacer tú por tu cuenta en casa, y que la mejor manera de aprovechar el tiempo de manera eficiente sería a través de la participación activa de los alumnos. Pues bien,  indirectamente ya estabas pensando en lo que hoy se conoce como flipped classroom, el cambio que actualmente se está produciendo en la educación. ¿Y qué es la flipped classroom exactamente? Hasta ahora el proceso normal era que el alumno primero iba a clase a escuchar al profesor y después estudiaba y hacía los ejercicios desde casa. Eso, con los recursos digitales que tenemos ahora, ya no tiene sentido. Cada vez más, los profesores graban sus clases en vídeo y las cuelgan en las intranets de los cursos. Los alumnos las ven a la hora que les vaya mejor, pueden parar y repetir si lo requieren, e ir al aula a hacer los ejercicios, discutirlos con el profesor y los otros alumnos, organizar grupos de trabajo y aprovechar mucho mejor el tiempo.  Con la flipped classroom se saca mucho más partido al tiempo de cada estudiante de lo que se hace atendiendo de manera pasiva en una clase. Además, el profesor debe implicarse para guiar y motivar al alumno en función de lo que éste necesite en cada momento.
 
¿Por qué no hemos alcanzado todavía esta metodología ideal?
 
Hay aspectos que frenan la aplicación de esta metodología ideal. Por un lado, porque estamos a caballo entre dos generaciones tanto de empresas como de consumidores. Tenemos a los dinosaurios (enormes y lentos en cada movimiento o cada cambio que hacen) bien sean personas o bien sean empresas que llevan toda la vida haciendo algo, que les ha ido bien haciéndolo y que no están dispuestas a cambiar, porque no lo ven necesario. Mientras exista este tipo de público, existirá también el tipo de formación que ha habido hasta ahora (recordemos que el chupete de un niño no es el que más le gusta al niño, sino al padre).  Mientras haya este tipo de empresas dinosaurio, las pequeñas y nuevas empresas tendrán en la medida en que las grandes puedan, dificultades para emerger y cambiar el panorama. Hay que notar que es un panorama en el que las grandes han invertido muchos recursos y un panorama donde han sabido moverse y llegar a ser líderes por lo que no les interesa que las reglas del juego cambien.
 
Por otro lado, porque las nuevas tecnologías están cambiando tanto las formas de consumo como el propio fondo a consumir.  Es decir, no consiste en hacer una fotocopia del libro y subirlo a una plataforma virtual sino re-escribir ese libro que era perfecto para la tecnología-papel para que aproveche al máximo la tecnología-Internet.  El nuevo libro contendrá muchas más fotos y además se irán actualizando vídeos, cuestionarios interactivos, ejercicios, foros, mensajería, clases telepresenciales... Y esta reescritura y adaptación al mundo virtual es costosa tanto en recursos temporales como humanos, por lo que las empresas dedicadas al mundo de la formación y la educación no pueden, por mucho que quieran, cambiar de golpe.
 
A pesar de estas dificultades, no hay manera de impedir que las tecnologías avancen y los jóvenes las asimilen, como en su día ocurrió con la introducción en el aprendizaje del uso de los proyectores, las diapositivas o los vídeos.  Las nuevas tecnologías  y en especial Internet se desarrollan y se incorporan  a  nuestra vida a una velocidad vertiginosa, con una gran capacidad de penetración, desempeñando un valioso papel en la educación. Esta revolución no está pasando desapercibida y menos con la mega caja de resonancia que es Internet.  Veremos qué ocurre en los próximos años.

martes, 19 de abril de 2016

LA SATISFACCIÓN DE EDUCAR

Las competencias que el profesorado debe desarrollar para tener éxito en la actualidad van asociadas al momento de crisis social, económica, cultural y política en que nos hallamos inmersos. Se trata, pues, de competencias de tipo estratégico, que permiten comprender mejor los cambios, las nuevas necesidades y oportunidades vinculadas a cada una de las piezas del complejo engranaje que mueve el sistema educativo. Un sistema que, hoy en día, algunos consideran anquilosado y obsoleto, otros califican directamente de inoperante e inútil y que, en general, se ve cuestionado desde todos los ángulos. Por otro lado, hay un acuerdo generalizado en que una buena formación es más valiosa y conveniente que nunca.
 
Todo apunta, pues, a la necesidad de abandonar muchas de las tradiciones organizativas y didácticas que han definido la profesión docente hasta ahora, porque aun siendo muy apropiadas para formar a personas del siglo XX ya no sirven para capacitar a los seres humanos del presente milenio. Pero dejar atrás lo conocido se vive con temor y con dolor. Tal vez por eso la escuela cambia de manera tan lenta y costosa, porque sin soltar el lastre que la paraliza se ve forzada a cargar con nuevas exigencias. Así, nos encontramos con una sensación de sobreesfuerzo en las aulas mientras que los logros y la satisfacción parecen disminuir.
 
Dicho esto y partiendo del supuesto de que poco a poco los centros docentes se irán desprendiendo de lo inútil para crear el espacio para lo necesario e imprescindible, intentaremos responder a la siguiente pregunta: ¿qué tipo de competencias debería poseer un docente o una docente para sentir satisfacción por su labor?
 
Coincidiendo con la mayoría de autores, creo que el profesorado tiene que familiarizarse con la gestión de la información y las estrategias para lograr que los datos se conviertan en conocimiento. Para ello, los docentes deberán ser personas muy curiosas e intelectualmente inquietas, con interés genuino por el saber y la cultura, independientemente de lo que van a trabajar en el aula. El placer de saber es más importante que el conocimiento en sí, porque empuja a aprender sin límites y el esfuerzo que conlleva se ve compensado.
 
La educación es, ante todo, un derecho, por ello es absurdo apartar a alguien del sistema educativo. En consecuencia, los docentes deben promover el acceso universal al conocimiento. La mejor manera de hacerlo sea, probablemente, dejarse guiar por cada alumno y por cada alumna. Cuando el objetivo es dar respuesta a cada persona surgen nuevas estrategias, formas organizativas, responsabilidades y maneras de trabajar que vuelven al docente más competente. Como se ve, no son los alumnos quienes responden a los docentes, sino los docentes a los alumnos y el aprendizaje es mutuo. Aquí el fracaso no se le atribuye automáticamente a los niños y niñas que no progresan, puesto que la educación debería ser "customizada", hecha a medida para cada persona. Nadie duda de que existen aficiones y gustos diferentes para casi todo en esta vida, sin embargo se pretende que a la hora de aprender todo el mundo lo haga del mismo modo. Esta inversión educativa, que bascula del alumno al profesor, es bien lógica si se piensa que el adulto es el profesional que tiene las herramientas para adaptarse al otro y no al revés.
 
Para que el profesorado se sienta satisfecho en el ejercicio de su trabajo, además de tomar consciencia de cómo contribuye al desarrollo del alumnado, también debe experimentar su propio bienestar. El cuidado y conocimiento de uno mismo requiere competencias y hábitos para la salud física, mental y social. Dentro del propio perfil profesional, los docentes necesitan espacios de reflexión, de introspección, de evaluación formativa, de gestión emocional, así como herramientas para mantener un buen estado físico y para cultivar unas relaciones interpersonales saludables, que les permitan encarar los conflictos con una mirada positiva centrada en la comprensión y la reparación. Las prácticas metacognitivas sobre la propia actividad docente deberían ser usuales.
 
Otro ámbito competencial que me parece básico debe ir encaminado a encontrar el sentido a la propia labor docente desde la crítica, enmarcando la educación en un contexto mucho más amplio que "mis niños, mi aula, mi centro". El compromiso con la humanidad y el planeta viene dado porque las nuevas generaciones son, en realidad, poseedoras tanto del presente como del futuro y, por primera vez en la historia, se comienza a temer que los hijos alcancen cotas de bienestar inferiores a las de sus progenitores. El paso por el sistema educativo jamás debería suponer una carrera de obstáculos eliminatoria en la que tan solo los más adaptados van a llegar a la meta que se les marcó de antemano. Creo que la mejor manera en que la humanidad puede proteger a sus nuevos miembros es concediéndoles el tiempo necesario para desarrollarse. Por otro lado, quienes se dediquen a educar tienen que ejercitar continuamente su sentido crítico, porque son muchas las decisiones que hay que tomar y con grandes limitaciones de tiempo.
 
Además, puestos a pedir, sería fantástico que los docentes estuviesen dotados de competencias para la investigación en el aula, porque todavía hay un gran desconocimiento sobre cómo se llevan a cabo los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por ello, aunque a las administraciones y gobiernos las encuestas internacionales les parezcan muy iluminadoras, a la mayoría del profesorado ni siquiera le llaman la atención, primero porque los resultados que arrojan no le sorprenden y, segundo, porqué los datos no explican lo que sucede en la escuela ni ayudan a visualizar cómo responder a los retos cotidianos. Se necesita poner el foco en miles de situaciones micro antes de pasar a lo macro y permitir a los docentes que incidan y participen en las cuestiones a investigar.
 
Obviamente, las competencias que se proponen aquí no se desarrollan tan solo en la formación inicial del profesorado, sino a lo largo de la vida. Los estudios de grado (antiguas licenciaturas y diplomaturas) abren las puertas al ejercicio de una profesión, pero cada docente deberá completar su perfil formándose para ser capaz de dar respuesta a los retos que le plantea el contexto concreto donde ejerce.
 
Cada vez tenemos mayor convencimiento de que los centros educativos se irán diversificando en sus maneras de hacer, pero no en sus objetivos. Aquí también jugarán un papel verdaderamente importante las evaluaciones educativas, que habrán ser capaces de proporcionar orientaciones realmente útiles. Pensamos que un programa de evaluación tiene que medir las competencias del alumnado a su ingreso en el sistema educativo, las que tiene al salir y la devolución que le hace a la sociedad. Nos parece pues, que parte de lo aprendido debería redundar en el terreno de lo público, de lo común, y no solo en ocupar una determinada posición en la sociedad.

lunes, 4 de abril de 2016

Retraso Madurativo: Cuando el niño no logra a tiempo los hitos del desarrollo.

Retraso madurativo: A medida que el niño crece y se desarrolla va aprendiendo diferentes habilidades. Todos los padres esperamos con impaciencia que nuestro bebé nos sonría por primera vez, empiece a gatear o diga su primera palabra. Estas habilidades, entre otras muchas, se conocen como  los hitos del desarrollo y, como cada niño es único y diferente, existe un rango de edad de varios meses en los que se espera que un niño las aprenda.
Cuando un niño supera la horquilla temporal sin haber alcanzado uno o varios de estos hitos del desarrollo es cuando nos planteamos el posible retraso madurativo. A modo de ejemplo hablamos de retraso madurativo cuando un niño de 20 meses todavía no anda, teniendo en cuenta que se establece el inicio de la bipedestación entre los 9 y 15 meses.
Un niño puede tener un retraso madurativo en una o más de estas áreas:
  • motricidad gruesa o fina,
  • lenguaje,
  • habilidades de pensamiento o
  • habilidades de interacción social.

Causas del Retraso Madurativo

El retraso madurativo puede tener muchas causas diferentes entre ellas:
  1. genéticas (como el síndrome de Down o Síndrome de la X frágil);
  2. perinatales, entendidas como las complicaciones del embarazo y el parto (como prematuridad o infecciones);
  3. ambientales (desnutrición, pobreza extrema, falta de cuidados, …)
  4. o causa específica desconocidas.
Algunas de las causas pueden revertirse fácilmente si se detecta a tiempo, tales como la pérdida de audición de crónicas infecciones del oído, o el envenenamiento por plomo.
En muchos casos, los niños con un retraso madurativo pueden llegar a normalizarse con la estimulación adecuada. En otros solo es un diagnóstico provisional a la espera de la confirmación de otros posibles diagnósticos. Sea como sea, es crucial la detección temprana de cualquier tipo de retraso en el desarrollo del niño.
Cuanto antes se detecte el retraso madurativo más pronto se podrá iniciar el programa deestimulación temprana. De este modo el tratamiento puede paliar al máximo los efectos del problema que presente el niño.
En este sentido, los padres debemos consultar a nuestro pediatra de referencia ante cualquier duda o preocupación que sintamos acerca del desarrollo de nuestros hijos. Nuestro pediatra es el profesional más adecuado en estos casos, será él quien evaluará si nuestro pequeño sigue o no un desarrollo adecuado y será precisamente este profesional quien, en caso necesario realizará las derivaciones oportunas o recomendará los tratamientos y terapias más beneficiosas para el niño.
retraso madurativo

Cómo saber si mi hijo presenta un retraso madurativo y qué hacer

Como hemos ido anotando, el retraso madurativo puede darse en una o varias áreas del desarrollo del niño: social, motriz, cognitiva, afectiva, etc.
Normalmente suele detectarse pronto porque como padres observamos que nuestro hijo no alcanza los hitos del desarrollo como el resto de niños. Esta lentitud activa nuestras alarmas y empezamos a preocuparnos. Es el momento de consultar a nuestro pediatra y despejar dudas.
Es posible que observemos lentitud en el desarrollo de su psicomotricidad gruesa o fina, que aprenda a hablar mucho más tarde que sus compañeros de parque o guardería, o bien que le cueste socializar … Ante cualquier tipo de retraso en la adquisición de estas habilidades hay que consultar a nuestro pediatra.
Los niños con retraso madurativo por lo general presentan dificultades de aprendizaje cuando ingresan en la escuela. Dificultades que van afectando negativamente su autoconcepto y autoestima. Niños que creen que nunca serán capaces de hacer las cosas igual que sus compañeros por lo que se desmotivan y tiran la toalla.  Con el objetivo de minimizar todos estos efectos secundarios debemos atender las necesidades especiales de los niños con retraso madurativo, incluso antes de llegar a la escuela, proporcionando la estimulación adecuada y realizar los programas de estimulación precoz que sean necesarios sin olvidar fomentar el desarrollo de una buena autoestima.