lunes, 26 de septiembre de 2016

El miedo en los niños ¿de dónde viene?.

El miedo en los niños es algo habitual, generalmente no supone más que una etapa en la que les resulta difícil conciliar el sueño, pero en ocasiones puede llegar a ser un problema mayor si se alarga su duración en el tiempo o el miedo en los niños desencadena pesadillas frecuentes o ataques de ansiedad a la hora de dormir.

miedo
Llega la noche, ya ha cenado, se ha bañado y se ha cepillado los dientes. Se pone el pijama y se va a la habitación un poco a regañadientes. Llega el momento clave: le das un beso de buenas noches y le apagas la luz. Al poco tiempo su habitación se ilumina y te llama. “No puedo dormir” o “tengo miedo”suele ser el comienzo de una noche más que terminará con un inquilino  en vuestra cama.

¿Cuál es la causa más común del miedo en los niños?

La respuesta no es sencilla, porque las razones del miedo en los niños varían según el niño y la edad, pero es algo general sobre todo en menores de diez años.
Uno de los temores más comunes en nuestros hijos es la oscuridad y todo lo que esto supone.

El origen del miedo en los niños

Cuando un niño tiene miedo a la oscuridad, o a los monstruos, no está simplemente siendo víctima de su imaginación. El miedo en los niños tiene un origen primitivo y a la vez depende de unainfluencia social, que varía según la cultura a la que pertenece. Uno de los miedos más comunes cuando son pequeños es el temor a determinado tipo de criaturas, reales o no, desde leones, cocodrilos, perros, lobos o arañas, hasta vampiros, brujas o zombis.
Este miedo tiene su origen en el ADN humano y su causa no es otra que la de evitar las situaciones en las que nos encontramos indefensos o expuestos a peligros externos. El instinto de supervivencia se reflejaba en el temor a los animales con los que convivíamos en nuestros inicios: los animales más grandes y más feroces suponían una amenaza para la especie, por tanto había que estar alerta constantemente y más cuando la visibilidad disminuía y se estaba más expuesto a un ataque.
El miedo a las serpientes, los leones o los cocodrilos surge en los niños de manera espontánea por este motivo, aunque no sean animales con los que el niño conviva en su día a día. Incluso los seres ficticios tienen como base el miedo a criaturas grandes que pueden suponer un peligro.
Con el tiempo el miedo a la oscuridad o a dormir solos desaparece. Es importante tratar el miedo en los niños de una manera cercana pero sin que suponga una dificultad mayor a largo plazo.
La ayuda que se le pueda proporcionar a un niño con miedos nocturnos pasa por crear zonas seguras como dejar una luz encendida, leerle un cuento en el que el protagonista debe enfrentarse a un miedo similar (como un dragón) o hacerle compañía hasta que se duerma en los casos más reincidentes.
Si el miedo persiste o va en aumento es aconsejable la intervención de un especialista, el enfoque de un profesional puede ayudar tanto al niño como a los padres a poner bajo control este problema. Siempre teniendo presente que no tiene que suponer un problema y que es propio de la edad y no algo inusual o específico de nuestro hijo.
*Te recomendamos el libro El sueño infantil y sus dificultades, de Jesús Jarque. Un manual para afrontar las dificultades habituales relacionadas con el sueño que suelen presentarse en los niños de 3 a 12 años.

martes, 20 de septiembre de 2016

MOTIVACIÓN

La palabra motivación proviene del latín, concretamente de los vocablos motivus omotus, y que vendría a significar algo así como “causa del movimiento”. Los docentes sois en gran parte los autores de ese poderoso impulso en los alumnos, esa revolución que los acerca al conocimiento y al aprendizaje.
A continuación, quiero compartir con vosotros ideas que pueden inspiraros para un inicio de curso distinto pensadas para Primaria. Escoged aquellas que os gusten y podáis adaptar a vuestra forma de ser y de ver el mundo. ¿Os atrevéis a inventar las vuestras propias?

Una fiesta de inicio de curso

Me encanta pensar en el inicio del curso escolar como en una semilla recién plantada, una semilla que tiene por delante un gran proyecto entre manos: crecer y dar frutos. Es para mí la mejor metáfora de algo que comienza y que puede traer consigo grandes beneficios.
Entonces, ¿por qué no nos planteamos este inicio como la celebración de todo eso? Os propongo organizar una sencilla fiesta que gire entorno a estos valores. Cread un gran mural con los propósitos para el nuevo curso, tanto de los profesores como de los estudiantes. Lo podéis hacer digital (con aplicaciones como Glogster oMural.ly…) y así, además de conservarlo más fácilmente, os resultará más sencillo difundirlo entre vuestra comunidad educativa.
Aprovechad e implicad a las familias en esta celebración. Es necesario darles protagonismo desde el inicio para que esta motivación que queréis transmitir llegue doblemente a vuestros alumnos.

La mascota, una decisión conjunta

Solemos olvidar que algo clave para motivar a nuestros estudiantes es hacerlos partícipes del aprendizaje y del día a día en la escuela. Por eso, si este año tenéis previsto comprar una mascota para la clase, os sugiero que planteéis la situación en clase.
Haced conjuntamente una lista de los animales que les gustaría tener y, a continuación, elaborad un listado con los pros y contras que podría tener cuidar de cada una de estas mascotas en el aula. Negociad y estableced una dinámica de votaciones para seleccionar el animal que, por las circunstancias del aula y las personas que la conforman, se puede adaptar mejor.
Con esta simple acción, que únicamente supone cederles un poco de espacio para decidir, estáis incentivando el pensamiento crítico de vuestros alumnos, su capacidad para tomar decisiones, su empatía, su sentido de la responsabilidad, y su habilidad para negociar y ponerse de acuerdo con otras personas.

Todos servimos para algo (autoconocimiento y autoestima)

Os sugiero una actividad para promover el autoconocimiento de vuestros alumnos y su papel dentro del grupo-clase. Colocad un folio en la espalda de todos los niños, y pedid vayan moviéndose por la clase y escribiendo en papel de sus compañeros aquellas cosas que valoran de ellos, aquello que saben hacer bien y sus mejores cualidades en el trato con los demás. Por ejemplo: “Es muy amable, siempre responde bien cuando se le pide algo”, “sabe mejor que nadie resolver problemas de matemáticas”, “sabe jugar muy bien a fútbol”, “canta bien”…
A continuación, después de ver los comentarios que cada niño ha recibido, pedidles que piensen en qué podrían ayudar a los demás y qué podrían ofrecer por sus compañeros. Decid a los demás que valoren esas propuestas que los compañeros hacen y que les den su opinión.
Por ejemplo, el niño que sabe jugar muy bien al fútbol, podría enseñar a los que estén interesados algunas técnicas durante la hora del patio. O, por el contrario, el niño que sabe resolver problemas de matemáticas, podría sentarse con algún alumno que le cuesta esta materia.
No tienen por qué resultar propuestas demasiado firmes en un principio o que se prolonguen mucho en el tiempo, pero si que es interesante que estas dinámicas sirvan para trabajar la cohesión del grupo y potenciar la autoestima de los alumnos. Si hace muy poco que nuestros estudiantes se han conocido, es preferible retrasar la actividad y hacerla un poquito más adelante.

Un cofre misterioso.

Durante el inicio de curso, no tenemos tiempo ni recursos para decorar demasiado el aula; pero os animo a que no os deis por vencidos y que incluyáis los primeros días un objeto misterioso que dé un poco de color al aula vacía.
Os recomiendo que escojáis un cofre o un maletín antiguo. Es muy importante que inventéis para este objeto una buena historia. ¿Lo olvidó un detective durante las vacaciones en una estación abandonada?, ¿lo había traído la marea a una playa desierta? Haced conjuntamente elucubraciones respecto a quién podría pertenecer y qué podría contener en su interior.
Aprovechad la curiosidad que habéis suscitado en los niños para desvelarles, con la apertura del maletín o cofre, alguna noticia interesante sobre el nuevo curso: quizás vais a hacer una excursión a la playa, o vais a ver cómo trabajan los detectives, o vais a visitar una fábrica de maletas, etcétera.
Actividades como estas captan el interés de nuestros alumnos e incentivan su motivación; por eso son ideales para el inicio de curso. Sin embargo, pueden adaptarse y realizarse a lo largo de todo el curso escolar.

martes, 13 de septiembre de 2016

EL CONTROL DEL ACOSO ESCOLAR

El acoso escolar es una realidad en nuestro país. Y además, es un problema que crece cada año en torno a una misma pauta de comportamiento: la falta de respeto. Parece difícil educar a nuestros hijos en valores cuando en la televisión, en la radio, en las redes sociales se representa el insulto y la rabia como algo normal. El acoso escolar o bullying, que puede a llevar, en casos extremos, a la muerte del menor, debe ser erradicado.
Esta lacra afecta al 4 % del alumnado, según datos del Ministerio de Educación, que pondrá en marcha este curso 2016-2017 un teléfono gratuito, atendido por psicólogos y que no deja huella telefónica, similar al que está habilitado para combatir la violencia machista, según anunció el Gobierno el pasado agosto. El servicio será también accesible para personas con discapacidad.
La Fundación ANAR, asociación que ayuda a niños y adolescentes en riesgo, dispone del teléfono 900 20 20 10, "número al que los estudiantes pueden llamar con toda la libertad y en el que se aconseja a las víctimas que den a conocer su situación a la familia y al entorno de amigos para que le puedan ayudar", según explican en su web. En el año 2015, su último informe, esta organización atendió 369.969 peticiones de ayuda en toda España, de las que 25.000 referían a algún tipo de violencia escolar. Estos casos crecieron un 75% con respecto al año anterior.

Atajemos el acoso desde el primer día de clase (o antes)

Prevenir el acoso escolar es una labor que los padres deben comenzar en casa. “Deben educar en empatía a su hijo, a ponerse en el lugar del otro; es importantísimo que el pequeño se acepte cómo es y que se guste. Debe aprender a asumir sus defectos”, explica Silvia Álava, psicóloga, escritora y directora del área infantil del Centro de Psicología Álava Reyes. “Además, tienen que trabajar la comunicación asertiva con él, que es aquella que 'me permite respetarme a mí mismo, respetando siempre a los demás'. Que me ayuda a expresar lo que siento, sin herir a nadie”, prosigue Álava.
Una cuestión también importante es trabajar la relación de confianza con el menor. Muchos pequeños tardan en contar lo que les está ocurriendo, por vergüenza o por miedo. “Si les transmitimos que vamos a entenderles, que les escuchamos, que comprendemos sus problemas, que pueden confiar en nosotros, será mucho más fácil que, si está ocurriendo algo, nos lo cuenten”, añade.
Además, existen algunas pistas que podemos observar en el hogar, en caso de que el niño esté inhibido o sea muy introvertido. “No son síntomas, pero pueden ayudar”, recalca Álava. “Por ejemplo, si el niño está más tristón, si, de repente, sufre cambios drásticos de conducta, como comer mucho o dejar de hacerlo, no puede conciliar el sueño, etcétera. Pero, sin duda, la clave más importante es si, de forma reiterada, el pequeño expresa que no quiere ir al colegio. Repito no son síntomas, son pequeñas pistas”. En el colegio también se pueden dar cuenta de que algo raro pasa. Normalmente, estos menores suelen estar aislados en el patio, en los cambios de clase y su material escolar, sus libros o sus gafas aparecen rotos.
Hay veces en las que los padres se deciden por un cambio de colegio y esto no soluciona nada. Cada niño es un mundo. La experta explica que si el niño solicita de forma reiterada este cambio de centro, hay que pensarlo, aunque “tampoco se trata de decirle al pequeño que tiene que aguantar". El niño necesita contar con habilidades socioemocionales. Los padres deben conseguir, con la ayuda del colegio y en algunos casos de un especialista, que sus hijos sean autónomos, que se sientan seguros y asienten unas bases de comportamiento que consigan que el niño se respete y respete a los demás”, explica la experta.

Cómo actuar cuando sabemos lo que ocurre

“Lo primero que hay que tener en cuenta es que hay que trabajar tanto con los padres del acosado como los del acosador. Normalmente, enfocamos solo los esfuerzos en ayudar a la víctima, pero no reeducamos al acosador, lo que puede llevar a que esta situación se dé con otros niños, que se repita”, explica la experta.
La colaboración del colegio es fundamental. "Casi todos los centros cuentan con un protocolo de actuación en el que se activan distintos puntos que afectan al profesor y a los alumnos, entre otros entornos. No hay que olvidar trabajar con los testigos mudos, que son aquellos que han visto lo sucedido y no lo cuentan. Muchas veces ellos tienen la clave". Y lo que está claro es que ante cualquier agresión verbal o burla, los docentes deben cortar la situación desde el minuto cero, a través de la enseñanza en valores como la empatía, la solidaridad y el respeto a los demás", subraya esta psicóloga.
"Con todo esto, con esta preparación previa, el alumno puede sentir que tiene herramientas y puede enfrentar el problema. Y si ha sufrido acoso, con todo esto, puede tener una nueva oportunidad y creer que las cosas pueden cambiar. Que se siente fuerte", concluye Álava.

EL 75% DE LOS PADRES NO CONTROLA EL MÓVIL DE SU HIJO

Cuando le regalamos un móvil a nuestro hijo, ¿somos conscientes de cómo lo usa? ¿sabemos a los sitios que entra? ¿con quién se comunica? Una última encuesta elaborada por S2 Grupo, especializada en ciberseguridad, asegura que no. Según este informe, el 75% de los padres no hace ningún tipo de control parental del móvil de sus hijos y el 29% regaló a su hijo un smartphone antes de los 12 años. “Los padres no podemos olvidarnos de que también debemos ejercer nuestra función de cuidado en el entorno de las nuevas tecnologías”, ha destacado, en un comunicado, Miguel A. Juan, socio-director de S2 Grupo.
Control parental para evitar el acoso
Los datos expuestos contradicen los temores de los padres. A un 31% le inquieta que su hijo acose a otros pequeños; que envíe fotos íntimas, entre otras cuestiones, y a un 21% le preocupa que su hijo sea víctima de acoso, según explica el texto. El 18% reconoció que su pequeño había sufrido algún tipo de acoso.
Acuerdo entre padres e hijos para el uso del móvil
Para solucionar el problema, S2 Grupo ha creado un contrato en el que se incluyen 18 puntos que intentan hacer una reflexión sobre “tener un uso responsable del móvil”. Entre estos puntos, se encuentran, siempre sin invadir la intimidad de los jóvenes, revisar periódicamente el móvil para comprobar las aplicaciones, la configuración y el estado de seguridad adecuados. Además, incluye términos relacionados con la gestión del tiempo; el envío de fotografías personales o aprender a usarlo de forma correcta en sitios públicos. “Con este acuerdo, buscamos que los más pequeños se den cuenta de que el teléfono móvil no es un juguete ya que pueden exponerse a muchos riesgos como ser víctimas de chantajes o acoso, entre otros”, concluye el texto. 

lunes, 5 de septiembre de 2016

Vuelta al cole

Independientemente de que hayan tenido un verano repleto de actividades o lleno de quejas sobre lo aburridos que estaban por no tener nada que hacer, los niños lo suelen pasar mal cuando les toca volver a ir al colegio.

Luchar contra los nervios del primer día

Como en cualquier situación nueva o potencialmente inquietante, como empezar a ir al colegio por primera vez, iniciar un nuevo ciclo educativo o cambiar de colegio, dele a su hijo tiempo de adaptación. Recuérdele que todo el mundo está un poco nervioso el primer día de clase y que en muy poco tiempo el hecho de ir al colegio se convertirá en una rutina cotidiana.
Enfatice las cosas positivas de volver al colegio, como ver a viejos amigos, conocer a nuevos compañeros de curso, llevar material escolar para estrenar, participar en deportes u otras actividades y enseñar a los demás nuevas prendas de vestir (o nuevos accesorios, en el caso de que su hijo lleve uniforme).
Es importante que hable con su hijo sobre lo que le preocupa y que le transmita seguridad: ¿Teme no hacer nuevos amigos o no llevarse bien con los profesores? ¿Le estresa el hecho de pensar que tendrá que hacer trabajos y deberes escolares? ¿Le preocupan las burlas que recibió el año pasado?
Considere la posibilidad de adaptar su propio horario para hacerle a su hijo la transición algo más llevadera. Es sumamente beneficioso que los padres estén en casa cuando el hijo concluya la jornada escolar durante la primera semana de clase. Pero muchos padres y madres que trabajan fuera de casa no disponen de esa flexibilidad. Entonces, debería intentar reorganizarse el horario del final de la tarde para poder estar con su hijo el tiempo que él necesite, sobre todo durante los primeros días.
Si su hijo va a cambiar de colegio, póngase en contacto con el colegio antes del primer día para organizar una visita. Pregunte si podrían facilitar a su hijo un alumno o compañero para que lo guíe y si podrían ponerles en contacto con otros padres cuyos hijos se encuentran en la misma situación que el suyo. Esta forma de proceder ayuda, tanto a los padres como a los hijos, a adaptarse a la nueva gente y al nuevo entorno escolar. Algunos colegios facilitan planos del centro a los niños para que los utilicen hasta que se familiaricen con las instalaciones.
Para contribuir a aliviar los nervios de la vuelta al colegio, pruebe establecer una rutina a la hora de acostarse que sea coherente con el horario escolar unas pocas semanas antes de que empiecen las clases.
Asimismo, asegúrese de que su hijo:
  • duerma lo suficiente (establezca un período de sueño razonable para que su hijo esté descansado y listo para aprender por la mañana).
  • tome un desayuno saludable (los niños están más alerta y rinden más en el colegio si toman un buen desayuno cada día).
  • anote la información necesaria para ayudarlos a recordar detalles como la combinación de su casilla (en caso de que utilice una), a qué hora empiezan y acaban las clases y el receso para la comida, los números de su aula de referencia y de otras aulas a las que se deba dirigir, los nombres de sus profesores y/o de los conductores del autobus del centro, etc.
  • utilize un calendario de pared o un organizador personal de actividades para anotar las fechas de entrega de los trabajos escolares, los exámenes, las actividades extraacadémicas, los ensayos, etc.
  • organice y prepare cada noche lo que va a necesitar al día siguiente (los deberes y libros dentro de la mochila, que dejará junto a la puerta, y la ropa que vaya a llevar deberá colgarla en una silla de su dormitorio).
Aunque es normal estar nervioso ante cualquier situación nueva, un número reducido de niños desarrollan síntomas físicos de ansiedad, como dolor de cabeza o de estómago, al empezar a ir al colegio. Si le preocupa que la reacción de su hijo vaya más allá de los nervios normales de la vuelta al colegio, hable con el pediatra, el profesor o el orientador escolar de su hijo.