martes, 15 de marzo de 2016

COMO MEJORAR LA CAPACIDAD DE ATENCIÓN Y CONCENTRACIÓN EN LOS NIÑOS



Nuestros niños están tan acostumbrados al bombardeo visual, al cambio constante de imágenes a cuál mas brillantes y sonoras; tan acostumbrados a cambiar de juguetes, de juegos, de video juegos, a querer aprender todo rápido..que es difícil que logren focalizar su atención en algo concreto...parece como una pérdida de tiempo.

¿Cómo podemos mejorar la capacidad de atención de nuestros hijos? ¿Cómo podemos ayudarles a concentrarse mejor?
Aprendemos y recordamos sólo a lo que hemos prestado atención. 

A lo largo del día recibimos una cantidad enorme de información que sería imposible que el cerebro pudiese procesar, por ello, la atención sirve como una especie de "filtro" para que el cerebro pueda centrarse sólo en lo que consideramos más relevante.

La atención supone la orientación de los sentidos en una dirección concreta, o hacia uno o varios estímulos específicos, obteniendo una percepción clara, nítida y diferenciada de los mismos.

El problema es cuando intentamos prestar atención a varios estímulos al mismo tiempo, y confundimos a nuestro cerebro ó cuando queremos prestar atención a algo en concreto, pero entonces surge alguna otra cosa más interesante, que roba toda nuestra atención,es decir, nos distraemos.

La concentración implica el mantenimiento de la atención sobre el mismo estimulo. Algo, por cierto, cada vez más complicado en nuestros días ¿cuantas conversaciones podemos mantener abiertas en nuestro teléfono, mientras estamos charlando con otras personas ó estamos trabajando? ¿Cuántas ventanas podemos tener abiertas en nuestro ordenador?

Sin embargo, orientar y mantener la atención en una única dirección deseada es una experiencia gratificante y necesaria, en algunos casos. 

Veamos que factores reducen y cuales facilitan nuestra capacidad de atención y concentración.

Factores que reducen la capacidad de atención:


Distracciones Una distracción es dejar de prestar atención a un estímulo, para centrarse en otro, normalmente menos importante. Las distracciones pueden ser internas como pensamientos, ideas ó sentimientos que de pronto bombardean y saturan la mente. Las distracciones externas son todos aquellos estímulos del medio desde sonidos, imágenes, personas...que hacen que nos apartemos de la actividad que estábamos desempeñando.

La fatiga. Sucede cuando llevamos a nuestro límite nuestra capacidad de atención, Puede ocurrir por saturación, demasiado tiempo centrándonos en una sola cosa o porsobreestimulación por prestar atención a demasiados elementos a la vez.

El aburrimiento. Tiene su origen en la falta de interés de los estímulos, motivada en general por las escasa dificultad que presentan o por su excesiva permanencia o repetición.


Factores que facilitan y promueven la capacidad de atención


Lo interesante Nuestro cerebro sólo se puede fijar en las cosas o situaciones que le son interesantes, ya sean, agradables o desagradables.

Lo familiar. Cuando un contenido tiene un significado que resulta familiar o conocido, es mas fácil despertar el interés.

Lo emocional Lo que despierta algún afecto o conecta con nuestra parte sensible, es más fácil que imprima una marca en nosotros y prestaremos mayor atención. 

Lo que  motiva A pesar que ciertos elementos pueden no ser interesantes, sí podemos de forma voluntaria centrar nuestra atención en ello. Sería cuestión de tener una buena actitud, una fuerte voluntad y un alta motivación.


¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a mejorar su capacidad de atención y concentración?

  1. Respetando sus tiempos Cada niño tiene un umbral diferente para la fatiga, por ello es importante reconocer los signos de cansancio para tomarse un tiempo y luego retomar la actividad.
  2. Ubicándose en el momento. Anudándole a centrarse y a vivir el momento. Si está jugando, centrarse en el juego, si está estudiando, centrarse en el estudio. En el día hay espacio para muchas actividades, pero cada uno tiene su tiempo.
  3. Eliminando elementos distractores. La televisión encendida, juguetes por todas partes y varias personas hablando, no sería un ambiente adecuado, si queremos que el niño se concentre en estudiar.
  4. Buscando cierto orden. El orden externo como una habitación despejada, un material escolar ordenado, invita a mantener orden mental y una secuencia para realizar las cosas.
  5. Pensar en lo que realmente le interesa. Busquemos elementos que realmente le muevan, le inspiren, le motiven, para ello, debemos conocerles bien y pasar tiempo con ellos.
  6. Haciendo las cosas mas sencillas. Las cosas muy complicadas generan desinterés y abandono. Si la tarea es complicada, podemos dividirla en sencillos pasos.
  7. Despertando su curiosidad. Los estímulos novedosos y variados, logran despertar y mantener la curiosidad que lo repetitivo.
  8. Con emoción. Un niño se sentirá más atraído por algo gracioso y divertido, por cosas que le toquen y estimulen su lado sensible.
  9. Terminando lo que ha empezado. Es importante enseñarles el valor de centrarse y de terminar lo que empezaron, ya se trate de un juego, un libro, un puzle ó los estudios. 
  10. Controlando el tiempo para la televisión y nuevas tecnologías. Hay varios estudios que demuestran que el abuso de tabletas, videojuegos y pantallas, disminuyen la capacidad de atención y generan un estado de irritabilidad en los niños.


Aprovecha su capacidad para la atención desde los primeros años


Es increíble ver el hambre de conocimientos de cualquier bebé. Cómo prestan atención a los sonidos, cómo examinan los gestos faciales, cómo exploran su cuerpo..lo interesados que se muestran en conocer su mundo.

Durante los primeros años de vida, es importante ayudarles a focalizar su atención y concentración, si muestran interés en algo podemos nombrarlo y mostrarle diferentes maneras de usarlo, permitir que lo manipule, lo chupe ó lo tire, cuando son bebés.

Cuando son un poco más mayorcitos, tenemos que seguir aprovechando su curiosidad, por ejemplo ampliando su vocabulario, mostrándole cómo funcionan las cosas que le gustan, enseñándole palabras, ciertos conocimientos matemáticos, todo para ellos es un juego y aprender es lo más divertido.

El programa de estimula la inteligencia de tu hijo, está enfocado a niños de 0 a 6 años y es un sistema comprobado y muy detallado para enseñarnos a los padres a sacar el máximo partido a su curiosidad y enseñarles a focalizar adecuadamente su atención y concentración, entre otras cosas.

No es algo de genios aprender a leer a muy temprana edad ó hacer un buen uso del lenguaje, sólo es saber canalizar sus periodos de atención, crear un hábito y sobre todo, conseguir que se "enganchen" al interés constante por aprender.

¿A que da gusto ver a un niño concentrado y con verdadero interés por algo?

A pasarlo bien y felices juegos !

lunes, 7 de marzo de 2016

12 consejos para mejorar la colaboración entre familias y profesores.

El papel de los profesores y el de los padres en la educación de los niños son complementarios y esenciales para una formación completa, tanto académica como cultural, emocional, social y en valores. Por eso es importante caminar en la misma dirección para reforzar de forma mutua lo aprendido en los dos ámbitos: el escolar y el familiar. Sin embargo, a veces unos y otros, en vez de colaborar, contribuyen a poner barreras a la comunicación y el entendimiento en la comunidad educativa. Recopilamos doce consejos para familias y profesores que mejorarán el diálogo, promoverán una educación integral y, en definitiva, ayudarán al desempeño del niño en el centro escolar y fuera de él.

SIETE CONSEJOS PARA QUE LOS PADRES SE IMPLIQUEN
Las siguientes recomendaciones te ayudarán a lograr una relación más fluida y provechosa con los profesores de tus hijos.
  1. 1. Valora al profesor y su trabajo. Confía en sus criterios y escucha y respeta sus decisiones porque el docente es quien mejor conoce las claves del proceso de enseñanza-aprendizaje.
  2. 2. Mantén una comunicación frecuente. Acude siempre que el profesor convoque una reunión y, a ser posible, dos veces por curso. Es mejor no esperar a que surjan problemas para tratarlos: si mantienes la comunicación, podréis atajarlos juntos con antelación.
  3. 3. Recurre a su ayuda ante problemas educativos o conflictos. Si surgen dificultades con una asignatura concreta, problemas de comportamiento o conflictos, o si tienes alguna duda que necesitas solucionar, solicita un encuentro con el docente para tratar el tema, antes de tomar una decisión basada solo en la versión de tu hijo.
  4. 4. No pongas en duda la autoridad del docente. Tu hijo debe comprender que, en el ámbito escolar, su referencia es el profesor y siempre debe tratarle con consideración y aceptar sus decisiones e indicaciones. Para ello, los primeros que deben respetar al docente son los padres, especialmente frente a sus hijos.
  5. 5. Habla con tus hijos sobre el colegio. Presta atención a la actitud del niño o adolescente respecto al centro escolar, el estudio, las diferentes asignaturas etc. Es importante que estés al tanto de cómo avanza y si tiene algún problema concreto, ya sea académico o de comportamiento. 
  6. 6. Refuerza el aprendizaje. El trabajo en casa debe complementar el realizado en el centro escolar, no solo en cuanto al estudio y los deberes, sino también en la formación en valores, el interés por la cultura y el arte o el fomento de la lectura. Para ello, mantén en casa un ambiente educativo que fomente la curiosidad y la creatividad.
  7. 7. Participa en actividades del centro escolar. Trata de participar siempre que se requiera la colaboración de los padres en celebraciones o actos especiales que se desarrollan en el entorno escolar. Al implicarte, apoyarás la labor del centro y de los profesores y mostrarás al niño que valoras su trabajo en el colegio.

CINCO RECOMENDACIONES PARA LOS PROFESORES
Es importante la aportación de los docentes para lograr una mejor comunicación con la familia del alumno. Para ello, aplica las siguientes pautas:
  1. 8. Escucha a los padres. Ellos son quienes mejor conocen al niño, sus particularidades y sus reacciones cuando llega a casa tras el colegio. Aconséjales al respecto con tacto, pero siempre escucha primero. Considéralos tus aliados y hazles ver que son parte esencial en la educación del niño.
  2. 9. Pregunta e muestra interés. Pregunta a los padres por cambios de comportamiento, problemas en casa que puedan motivar un descenso en el rendimiento escolar o actitudes que puedan diferir en el ámbito familiar y escolar. Cuanta más información tengas sobre el niño, mejor podrás atender a sus necesidades.
  3. 10. Personaliza las reuniones y comunicaciones. No te limites a informar de forma general sobre los avances en el aula, sé concreto y prepárate antes de reunirte o enviar una nota informativa para ofrecer a los padres la mayor cantidad posible de datos sobre su hijo, sus dificultades y fortalezas personales.
  4. 11. Da todas las explicaciones necesarias. Cuando tengas un encuentro con los padres, habla con sencillez y no tengas miedo de extenderte en dar indicaciones, comentar el comportamiento del niño en el aula o describir los aspectos en los que puede mejorar. Atiende a todas sus preguntas y trata de que la charla sea lo más didáctica posible para que los padres sepan cómo actuar para solucionar los problemas a los que puede enfrentarse su hijo.
  5. 12. Habla con los padres también para reforzar comportamientos. No limites las comunicaciones con la familia a las situaciones problemáticas o negativas; es recomendable que también destaques los aspectos positivos o las mejoras que ha experimentado el niño.

martes, 1 de marzo de 2016

EDUCA, NO PEGUES.

Educar es un proceso que persigue formar a la persona, enseñarle a vivir y a convivir. La educación no es sólo un proceso individual. Somos seres sociales y necesitamos aprender a ser persona con otros. No hay un único método válido para educar como no hay una sola forma de sociedad.
Sin embargo, y a pesar de su aceptación en muchas sociedades, el castigo físico no es una forma de educar. Es evidente que el castigo físico produce reacciones en los niños y niñas pero esto no quiere decir que sea un instrumento educativo. Porque no educa, sino que confunde. Además de presentar las alternativas a una educación con violencia, la guía Educa, no pegues (también para formadores) pone sobre la mesa cuáles son algunos de los efectos que el castigo físico tiene sobre los niños.
• El castigo físico paraliza la iniciativa del niño. Bloquea su comportamiento y limita la capacidad para plantear y resolver problemas.
• Los niños y niñas cuando tienen miedo de ser castigados no se arriesgan a intentar cosas nuevas, de modo que no desarrollan su creatividad, su inteligencia y sus sentidos.
• No fomenta la autonomía del niño o niña, ni le permite elaborar normas y criterios morales propios.
• Hace que el niño y la niña respondan a la sanción, no a su propia iniciativa ni a la responsabilidad que los padres desean inculcarle.
• Fomenta una relación en la que el niño y la niña logran más atención de los padres a través de la transgresión de la norma.
• Ofrece la violencia como un modo válido para resolver conflictos, aprendiendo actitudes violentas.
• Dificulta el desarrollo de valores como la paz, la democracia, la cooperación, la igualdad, la tolerancia, la participación y la justicia, esenciales para una sociedad democrática.
• La violencia engendra violencia. El castigo físico legitima el abuso de poder dentro de todas las relaciones familiares.
• El castigo físico conlleva siempre castigo emocional, puesto que el cariño de los padres y su aprobación son el sostén afectivo del niño, y las bofetadas los pone en tela de juicio.
Las normas son necesarias, el castigo físico no
Las normas ayudan a los niños a conocer los límites que les permiten dar estabilidad y coherencia al mundo social en el que viven. Pero el objetivo debe estar en que los niños y niñas las hagan suyas mediante un proceso crítico. Así podrán incorporarse cuanto antes al mundo de los adultos contando con las normas de sus mayores y a la vez con sus propias visiones y aportaciones.
En este sentido el castigo físico obliga a una obediencia ciega, obliga a la sumisión y obliga a la dependencia. Al no permitir el razonamiento, al estar reñido con el diálogo, al sustentarse en la diferencia de fuerzas entre adulto y niño, el castigo físico no enseña a ser independiente y autónomo.