La educación de un niño o una niña no es un proceso sencillo, el proceso puede convertirse en una interacción positiva o en una lucha constante por salirse con la suya que genera conflictos, frustración y desesperación.
Son muchas las ocasiones en las que los niños y niñas se niegan a cumplir las normas, las desafían, retan e incumplen. Aunque empleemos las riñas y los castigos, al cabo del tiempo vuelven a la misma actitud y comportamiento.
Las normas en la educación
Las normas en la educación es una cuestión que no queda libre de controversias. Por un lado queremos que los niños y niñas cumplan unas normas y se comporten como esperamos que deban hacerlo, por otro lado no sabemos si poner normas es bueno para ellos o no. Y finalmente, tampoco sabemos cómo establecer, y ejecutar las normas.
Como consecuencia de todo esto, los niños y niñas crecen, en muchas ocasiones sin límites, en otras muchas ocasiones crecen sin normas claras, o sin tener porque cumplirlas.
Las normas en la educación son necesarias para el desarrollo de los niños y las niñas, siempre y cuando sean establecidas en el marco de una educación democrática y la disciplina positiva. Los niños y niñas necesitan orientaciones que guíen su conducta y necesitan saber que las normas contribuyen a una convivencia sana y respetuosa.
La ausencia de normas tiene consecuencias negativas en la educación de los niños y las niñas.
Las consecuencias de una educación sin normas
- La ausencia de normas en la infancia da lugar a niños y niñas déspotas, que tratan de imponer sus deseos y no toleran no hacer lo que quieren en cada momento.
- La ausencia de normas genera intolerancia y frustración. Las cosas no siempre son como queremos y no siempre podemos hacer lo que queramos, sin normas no toleraran estas situaciones y experimentaran niveles altos de frustración.
- Mala convivencia en familia, en el centro escolar, con los iguales, etc.
- La carencia de normas impide el desarrollo de la resiliencia.
- Crecer sin normas puede afectar al desarrollo de su autoestima.
El proceso educativo ha de ir unido a las normas, veamos cómo podemos aplicar las normas en la educación.
- Establece normas lógicas y adecuadas a la edad y nivel de desarrollo del niño o la niña. No se trata de imponer por imponer, sino de usar el sentido común y establecer criterios que guíen la conducta del niño o la niña.
- Procura consensuar las normas con el niño o la niña. Se trata de establecer las normas entre todos y llegar a acuerdos en las mismas. De este modo conseguimos que el niño o la niña se comprometa con ellas y que las comprenda y acepte. Tal vez tengamos que ceder en algo, pero logramos que se comprometa con las normas.
- Procura que las normas sean conocidas, comprendidas y aceptadas por todos.
- Se coherente y consecuente a la hora de aplicar las normas. Es decir, si establecemos una norma ha de cumplirse siempre, procura que las excepciones sean mínimas y cuando las haya explícales porque se produce la excepción.
- Establece una consecuencia cuando no se cumpla la norma. No es un castigo, sino una consecuencia preferiblemente acordada con anterioridad.
- Refuerza el cumplimiento de la norma.