La utilización de las nuevas tecnologías por parte de los menores se encuentra ampliamente extendida, tal y como recoge el informe TICH_2019 del Instituto Nacional de Estadística. Sin ir más lejos, el uso del ordenador es muy elevado (lo tienen el 89,7% de los menores) y, aún más, el uso de internet (el 92,9%). Por su parte, el 66,0% de la población de 10 a 15 años dispone de teléfono móvil. Por edades, el uso de smartphones está casi generalizado desde los 14 años, pues con esta edad el 92,5% dispone de uno. Con un año más, la cifra de jóvenes con móvil alcanza el 93,8%.
El comparador de
seguros Acierto.com ha realizado un informe que revela algunos comportamientos
de riesgo entre los internautas españoles. El objetivo es concienciar a los
usuarios de la importancia de llevar a cabo una actitud responsable y segura en
la Red. España es el país europeo donde más se navega por internet, con el
87,7% de la población utiliza frecuentemente la red. Muchos de ellos, niños.
En este contexto, cabe
preguntarse si los menores españoles están siendo educados en el buen uso de la
Red y en las facilidades que puedan tener para acceder a ciertos contenidos no
recomendados para su edad.
Una cuestión de educación
El
acceso de los niños a internet es una cuestión que preocupa a muchos
padres y que, en muchas ocasiones, no se sabe abordar por la falta de
referencias. Saber navegar por internet es una cuestión capital de la educación
actual. Desde muy corta edad (10 años), los niños tienen acceso a internet, una
herramienta que tiene sus pros y sus contras, y a la cual es casi
inevitable restringirles el acceso. Por ello, resulta imprescindible saber
controlar los tiempos de uso, los lugares a los que acceden y los peligros
a los que pueden estar expuestos.
Existen
miles de webs que solicitan verificar la mayoría de edad para
acceder a ellas. Los sites de marcas de bebidas alcohólicas, chats privados y
algunas de contenido sexual, sitúan un formulario al acceder a ellos que se
rellena fácilmente. Tanto, que se puede mentir para acceder. Este es uno de los
mayores problemas, pues nunca se sabe quién está al otro lado de
cualquier conversación; puede ser una organización que sigue los cauces
legales para operar en la Red o, en el otro extremo, un ‘depredador de
internet’. Su objetivo es chatear -como mínimo- con menores. Según un informe
realizado por Unicef, 9 de cada 10 sitios web de abuso sexual infantil, están
identificados a nivel mundial, y alojados en Canadá, Estados Unidos, Francia,
los Países Bajos y Rusia. Además, el informe afirma que los jóvenes son el
grupo de edad más conectado en todo el mundo, el 71% usa internet, por lo que,
en proporción, son claramente el grupo más vulnerable a sufrir acoso en la red.
Con motivo
de la semana de la ciberseguridad, los expertos del comparador de seguros
Acierto.com han recogido una serie de consejos que pueden ayudarte a
controlar el acceso a internet de tus hijos:
-
Hablar con ellos y enseñarles que la información en internet no es
privada, y que el contenido que cuelgan puede que tarde años en desaparecer
o no hacerlo nunca.
- Tener
el ordenador o cualquier otro dispositivo que usen para acceder a
internet en una zona compartida con la familia, evitando que
lo usen solos en la habitación.
-
Establecer tiempos y horarios para navegar, ya que el uso
excesivo puede tener efectos negativos en su personalidad y habilidades para
relacionarse con los demás.
- Tener
contratada la garantía de asistencia informática en nuestro
seguro del hogar, para recibir asesoramiento y soluciones ante cualquier
problema que se pueda producir.
-
Consultar con frecuencia el historial de navegación o
restringir el acceso a determinados sitios webs.
-
Actualizar los sistemas de seguridad y enseñar a los niños a
no compartir datos personales como edad, dirección o teléfono.
-
Hablar con ellos para que no acepten chatear con gente que no conocen o
que les pueda resultar extraña.
- Actualizar
los sistemas operativos de móviles, Android o iOS, pues los fabricantes
cada poco tiempo lanzan parches que evitan posibles brechas de seguridad.
Igualmente es necesario tener las últimas versiones de las apps que se
utilizan, como Whatsapp, Hangouts, ciertas redes sociales…
-
Controlar la instalación de aplicaciones, sobre todo de aquellas
que cuenten con publicidad insertada en sus servicios, aunque se trate de apps
para hacer videos o retocar fotografías.
- Cambiar
las contraseñas frecuentemente para supervisar cada acceso a cuentas
de contenido audiovisual como Netflix, HBO o el propio YouTube.
Este
último punto es ciertamente relevante, pues los contenidos de plataformas de
distribución como las citadas anteriormente también alojan vídeos no
recomendados para ciertas edades, según la catalogación por parte de cada
una de ellas. No obstante, es recomendable la configuración de control parental
con contraseña para que, en cualquier caso, sea un adulto el que la introduzca
en el instante de visualización. De lo contrario, es conveniente cambiarla con
frecuencia.
Contraseñas seguras
En base
a estos consejos, Acierto.com ha detectado que muchos usuarios no un actúan de
forma responsable. Los españoles no solo no mantienen actualizados sus equipos,
sino que ignoran cómo debería ser una contraseña segura. En
concreto, 2 de cada 5 hacen caso omiso a las notificaciones de actualización
automática de su equipo, y hasta el 89% desconoce cómo crear una clave segura
que proteja sus datos. Pero solo el 8% es consciente de su propia ignorancia.
El resto cree que basta con que no contenga el usuario o con alternar
mayúsculas y números.
Este
análisis, por otra parte, evidencia que los internautas españoles tampoco son
conscientes de la importancia de cambiar esta clave regularmente,
al menos cada seis meses. Por desgracia, solo el 20% de los usuarios respeta
este margen. Aquí tienen cabida aquellos que lo hacen todas las semanas (un
escaso 7%) y los que dejan pasar medio año (el 13%). El resto de los
encuestados reconoció no hacerlo nunca (16,7%), casi nunca (30,7%) o muy de vez
en cuando (32,4%).
Una
buena contraseña, no obstante, debería no solo combinar mayúsculas y
números, sino también minúsculas y símbolos o signos de puntuación; y
contar con más de ocho caracteres de longitud (cuanto más larga, más segura).
Además, debería prescindir del nombre del propio servicio, así como de datos
obvios como el nombre, año de nacimiento, palabras malsonantes y similares.
Otro fallo recurrente es emplear la misma para todos los servicios. Una buena
alternativa es usar un gestor de contraseñas como el llavero de Apple, el de
los navegadores u otros online como Dashlane o 1Password.
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