miércoles, 27 de mayo de 2015

TE LO COMPRO SI TE PORTAS BIEN

¿Por qué el chantaje no funciona?.

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Tal y como indica este artículo, “el trabajo de ser padre requiere enseñar a los niños las consecuencias de sus acciones pero cuando no escuchan o no entienden, madres y padres tienden, equivocadamente, a recurrir al chantaje.”
El chantaje solo enseña al niño a hacer algo para conseguir lo que quiere. Y es más, aprenderán a usar esta estrategia cada vez que desean un premio y seguir en control. Y recuerda, si tu usas el chantaje, ellos también.

Qué podemos hacer mejor

  • Ahora si, ahora no. Cuando perdemos la paciencia, tendemos a decir cosas que no queremos y al retractar, perdemos la credibilidad.  Por ello, es importante establecer y explicar bien las normas. Un NO es un NO. La próxima vez que rompan la regla, en lugar de recurrir al chantaje, exige que se vayan a otra habitación y reflexionen. Después de un rato, habla con ellos sobre lo que ha ocurrido de manera calmada.
  • Manténte firme y ofrécele opciones“Hasta que no termines de comer, no podrás ir al parque. Tú eres el que elige.” De esta manera, el niño es libre de tomar una decisión y enfrentarse a las consecuencias. Si opta por no comer, ir al parque claramente no es una opción y algunos expertos en psicología infantil sugieren incluso que la comida que se dejó en el plato, sea la misma que se sirva a la hora de cenar.
  • Malas caras. Cuando les exigimos algo que no les gusta, los niños tienden a recurrir a las malas caras, al llanto o al enfado y con tal de no soportarlo, cambiamos de opinión. Esto solo les enseña que el mal comportamiento funciona en lugar de aprender la lección.
  • Dejarles en casa. No pasa nada por dejarles en casa si la última vez que te acompañaron a la tienda se portaron mal. Eso si, siempre y cuando estén supervisados y expliques tus motivos. “La última vez que fuimos a la tienda, no te portaste bien. ¿Te acuerdas? Así que hoy, te quedarás en casa.” Si recurren al llanto o el enfado, puedes decirles que si se quedan y se portan bien, la próxima vez, podrán acompañarte. Que quede claro que cuando dices algo, lo cumples a raja tabla. Esto, por supuesto, depende de la edad y su madurez emocional.
  • Tu eres el experto. Sabes mejor que nadie lo que les causa frustración, cansancio o irritabilidad. En lugar de esperar a que ocurra, explícales el plan de antemano y  adelántate. “Si en algún momento te cansas o te sientes frustrado, dímelo.” Hablar con ellos no solo les dará tiempo a prepararse sino que sabrán que existe otra opción.
  • No entrar al trapo. Como padres hemos de procurar no gritar ni amenazarles. Y por supuesto, no pegar a los pequeños jamás. Si aun no has leído nuestro artículo titulado “Castigarle no funciona”, te animamos a hacerlo.
Recuerda que cuanto más hablemos con nuestros pequeños y les enseñemos a razonar,  más motivación tendrán en hacerlo bien.  Y tal y como ocurre con los elogios, para que sea lo más efectivo posible, es importante ser sinceros, específicos, dar ejemplo y emplear el refuerzo no verbal. Ya sabes, un abrazo, una sonrisa, un beso.

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