miércoles, 30 de abril de 2014

¿Cómo debe ser un profesor excelente?

Competencias del profesorado excelente

El estudio "Cómo son y qué hacen los "maestros excelentes": la opinión de los estudiantes" de Mª Asunción Jiménez Trens, Fermín Navaridas Nalda de la Universidad Complutense de Madrid, destaca que los maestros excelentes se caracterizan por su cercanía al alumnado, su sensibilidad, exigencia y entusiasmo, con competencias para la comunicación didáctica, la interacción, la planificación y gestión de la enseñanza/aprendizaje y la evaluación. El artículo obtiene estas conclusiones a partir del análisis llevado a cabo con estudiantes de tercer ciclo de educación primaria y tiene como objetivo aplicar los resultados obtenidos a las enseñanzas impartidas en la facultad de magisterio.

Teniendo en cuenta este artículo y los publicados en el monográfico, destacamos tres compentencias básicas:

  • ComunicaciónSebastià Xambó, Catedrático de Teoría de la Información y la Codificación de la Universitat Politècnica de Catalunya, destaca uno de los aspectos del estudio como el más relevante: la comunicación. Desde su punto de vista, un docente excelente ha de mantener una comunicación sostenida, pertinente y significativa con todos y cada uno de sus estudiantes. Por contraposición, un profesor no es excelente si sus estudiantes tienden a no asistir a clase, si no entregan a tiempo las tareas que han de realizar fuera del aula, o si hay un parte significativa de su clase que se queda rezagada.
  • La interacción y la relación bidireccional es otro punto clave. Los autores del estudio consideran que una buena interacción contribuye a hacer más responsables a los estudiantes, porque comprenden lo que se les pide, se sienten valorados y seguros. En cuanto a la bidireccionalidad, Sebastià Xambó concluye que un maestro excelente no sólo enseña de modo efectivo a sus alumnos, sino que aprende de ellos.
  • Sensibilidad y exigencia: Los autores del estudio destacan que la sensibilidad es percibida por los alumnos como un elemento que facilita el aprendizaje, relacionándola con la atención a las dificultades y el apoyo. Por otro lado y aunque parezca excluyente, la exigencia es un valor tenido en cuenta por el alumnado, quienes consideran que aprenden "más y mejor" y se aprovechan más las clases.
Por último queremos destacar la vocación como elemento diferencial. Para Xavier Melgarejo, un docente excelente necesariamente ha de manifestar un interés auténtico para trabajar con niños y adolescentes, con una mentalidad abierta y creativa, y una identidad basada en la identidad afirmativa. Si se tiene esta marcada vocación, convertirse en un profesor hábil y competente, pasará inevitablemente por la formación básica y continua.

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