Los niños no nacen sabiendo discriminar, lo aprenden
Los
niños aprenden a discriminar, en ningún caso nacen sabiendo discriminar y
tampoco surge la discriminación de
manera espontánea. La discriminación empieza en casa.
Si un niño discrimina a sus semejantes seguramente es
porque ha observado en su entorno este
tipo de conductas y las ha incorporado a su repertorio. Los niños simplemente
asumen como propios los juicios de valor realizados por el contexto social en
el que se desenvuelven. En Guiainfantil.com te enseñamos cómo podemos enseñar a
los niños a no discriminar.
Los
niños discriminan porque lo aprenden
En mi trayectoria profesional como psicóloga he podido
comprobar que los niños son mucho más tolerantes y
actúan con normalidad a la hora de relacionarse con personas diferentes a
ellos.
En la mayoría de las ocasiones, en los talleres que
realizo con grupos de niños, observo que rara
vez los niños se tratan de manera desfavorable entre ellos por cuestiones de género, edad, religión, raza,
nacionalidad, idioma, discapacidad,
orientación sexual, etc.
Es importante que tengamos en cuenta que los niños no
son ajenos a los problemas de discriminación y, por supuesto, los adultos
tenemos que garantizarles su derecho a no ser discriminados. Tenemos la
obligación de eliminar cualquier tipo de discriminación infantil si está a
nuestro alcance.
Pautas para enseñar a los niños a no discriminar
- Fomentar en el hogar una educación basada en respeto,
tolerancia, igualdad y aceptación de las diferencias individuales.
- Enseñar al niño
a pensar, sentir y actuar de manera inclusiva.
- Poner atención para no discriminar a otras personas
delante de nuestros hijos cuidando nuestras palabras y nuestros actos. Si la
discriminación se aprende, el comportamiento que tengamos como padres es de
vital importancia que sea ejemplar.
-
Señalar al niño y corregirle si observamos cualquier señal de discriminación
hacia otra personas sea cual sea el motivo.
- Enseñar al niño a ser empático con
los demás.
-
Favorecer que el niño tenga una mente flexible promoviendo que conozca
diferentes culturas mediante viajes, películas, libros, etc.
- Transmitir la idea de que todos somos diferentes, únicos e irrepetibles pero que a pesar de nuestras
diferencias nos unen muchas similitudes.
-
Hacerle saber que ninguno de nosotros somos mejores ni peores que otros por
tener más o menos dinero, tener la piel más clara o más oscura, ser de una
nacionalidad u otra, etc. Insistir que lo que realmente nos hace mejores es ser
buenas personas y hacer sentir bien a los demás.
- Todas las personas somos
diferentes. Por eso, no podemos pretender que todos los niños sean
tratados de la misma manera.
Ser diferente no es el problema sino que
el problema surge con el uso que algunas personas hacen de esas diferencias.
Muchas veces, las diferencias son utilizadas para justificar un trato
peyorativo hacia el otro. Como adultos, tenemos la obligación de hacer todo lo
posible para que ningún niño sea tratado de manera discriminatoria hoy en día
en nuestra sociedad.
Sofía Gil GuerreroPsicóloga General Sanitaria
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