Las expertos explican los efectos negativos que tienen
en la autoestima y la motivación de los niños algunas expresiones que se usan
de forma habitual
Se siente
identificado con alguna de las frases de la derecha? Todos los padres quieren
darle la mejor educación a sus hijos, pero nadie tiene la receta mágica, y en
algunas ocasiones, más de las que nos gustaría, caemos en el error de decir
cosas que pueden desmotivarles, dinamitar su autestima o dificultar nuestra
relación con ellos. Pero no se fustigue. Al fin y al cabo, ¿quién no se ha
visto sobrepasado por el cansancio de un duro día de trabajo y el no menos
estresante tira y afloja que le espera en casa? "Somos humanos y es normal
equivocarse. Lo importante es saber pedir perdón, algo que a muchos padres les
cuesta. Además, si lo hacemos, les estamos dando un gran ejemplo", explica
María Rueda, psicóloga de Cenit Psicólogos. "No se trata de retractarnos,
ni tampoco debemos compensarles con cariño y palabras bonitas. Lo que han hecho
está mal y debemos explicárselo para que aprendan a tomar mejores decisiones la
próxima vez. Además, deben saber que sus actos tienen consecuencias",
continúa. Así que hágaselo saber, pero desde un punto de vista constructivo y
empático.
Según los
expertos, éstas son las frases que debería evitar en la comunicación con sus
hijos:
1. 'Aprende de tu hermano'
Las
comparaciones siempre son odiosas, no sólo para los adultos, sino también para
los menores. Es muy fácil caer en ellas cuando se tienen varios hijos, pero hay
que tener cuidado porque "generan rivalidades en la familia y son muy
perjudiciales a la larga", afirma Rueda. El niño percibe a su hermano como
un modelo que nunca podrá alcanzar y esto afecta a su autoestima, al considerar
que a sus padres les gustaría que él fuera de otra manera.
2. 'Me vas a volver loca'
Puede que
esta afirmación sea cierta en muchas ocasiones y que usted se vea al límite de
la cordura, pero no tiene por qué hacerle partícipe de ello a su hijo.
"Utilizar la culpabilidad para motivar no es el mejor método para cambiar
su comportamiento. Además, puede generar un impacto negativo en nuestra
relación con ellos", afirma Rueda. "Les estamos transmitiendo la idea
de que nuestros problemas son culpa suya, y esto les puede generar una gran
ansiedad", afirma Inma Marín, consultora pedagógica y presidenta en España
de la Asociación Internacional por el Derecho del Niño a Jugar.
3. '¿No te da vergüenza portarte así?'
Al igual que
la anterior expresión promovía la culpa, ésta fomenta la vergüenza. Algunos
padres tratan de imponer disciplina de esta manera, principalmente delante de
otras personas, "pero es mejor evitar las críticas que no sean
constructivas o sólo conseguirá humillarle y minar su autoestima",
argumenta Rueda.
4. 'Si no haces esto, te voy a castigar'
Las amenazas,
en cambio, utilizan el miedo y pueden llegar a erosionar la confianza que los
niños tienen depositada en sus progenitores. Además, "con nuestro ejemplo,
les estamos enseñando que para conseguir lo que quieren es legítimo hacerlo a
través de la intimidación", dice Rueda.
El problema
de abusar de esta frase u otras similares es que, en la mayoría de los casos,
es una expresión vacía. Por ejemplo, "si te portas mal no te van a traer
nada los Reyes Magos". "Sabemos que esto no va a pasar nunca ya que
no pretendemos dejar a nuestro hijo sin regalos. De esta forma sólo conseguimos
que nuestro hijo aprenda que sus acciones no tienen consecuencias y perdemos
credibilidad. Por lo que si se quiere imponer un castigo, éste debe ser
coherente y debemos estar dispuestos a llevarlo a cabo en un breve periodo de
tiempo", dice la psicóloga.
Otras veces
se utiliza este estilo comunicativo para hacer a los niños un chantaje
emocional: "Si te portas bien, te compro una chocolatina". De esta
manera se corre el riesgo de que el menor no aprenda por qué tiene que hacer lo
que se le ha pedido, sino que lo hace para obtener un fin determinado.
Cuando un
padre utiliza esta expresión, víctima del estrés, no tiene la intención de
herir los sentimientos de su hijo, ni mucho menos, pero hay que ser conscientes
de que este comentario, fruto de la exageración, puede provocar que su hijo
crea que es real y permanente, y provocar en ellos un impacto negativo.
"El amor de un padre hacia un hijo es incondicional, y eso es algo que
debemos hacerles saber en todo momento", afirma Marín.
"Es un
error decirle a un niño que es malo porque éste pensará: 'Vale, soy así y no
puedo hacer nada por cambiarlo'", cuenta Rueda. Los expertos aconsejan ser
concretos a la hora de explicarles qué es lo que han hecho mal y censurar sus
acciones. "Diciéndoles que son malos les transmitimos la idea de que son
defectuosos. Por eso, es más aconsejable centrar la atención en lo que pueden
cambiar en el futuro para conseguir un resultado más positivo". Es más
constructivo usar otras expresiones como: "No me gusta cuando
haces..." para explicarles por qué su comportamiento no es aceptable y
ofrecerles alternativas.
7. 'Porque lo digo yo... y punto'
Los adultos
tendemos a pensar que siempre tenemos la verdad absoluta si nuestro
interlocutor es un niño. Y cuando llega un punto de la discusión en el que ya
estamos cansados de argumentar, recurrimos a esta frase para darla por zanjada.
Pero el imperativo por el imperativo no hace otra cosa que erosionar la
relación padre-hijo si no se les ofrece ninguna explicación de por qué deben
hacer lo que se les ha pedido.
8. 'No llores, que no es para tanto'
"Muchas
veces tendemos a infravalorar los sentimientos de nuestros hijos. Puede que se
hayan peleado con un amigo en el colegio y aunque esto para nosotros carezca de
importancia, para ellos la tiene y no debemos quitársela", explica Marín.
"También es habitual usarla con la intención de distraerles de eso que les
duele para que se sientan mejor, pero esa no es la manera adecuada de
ayudarles. Es mejor apoyarles y consolarles para que sepan que cuando les pase algo
malo nosotros les entenderemos y estaremos ahí", continúa.
9. 'Deja, que ya lo hago yo'
El mensaje
que se lanza cuando se utiliza esta expresión es claro: "No vas a ser
capaz de hacerlo". Y si el padre lo cree, el niño también lo hará, así que
éste llega a la siguiente conclusión: "¿Para qué me voy a esforzar la
próxima vez?".
Además, de
esta forma le estamos impidiendo que aprenda por sí mismo, convirtiéndole en
una persona dependiente e insegura. Otras frases similares a ésta son "no
sabes hacer nada bien" o "no sé cuándo vas a aprender",
afirmaciones poco constructivas que "no valoran el esfuerzo, sino el
resultado que se obtiene", asegura Marín.
10. 'Eres un vago y así no vas a llegar a nada en la vida'
Los estudios
y las malas notas son uno de los principales frentes abiertos cuando se trata
de hijos adolescentes. La intención de los padres es que se den cuenta de que
no les aguarda un futuro prometedor si no hacen lo que se espera de ellos y que
llegará un momento en el que se arrepentirán de haber tomado decisiones
equivocadas, pero lejos de provocar una reacción positiva en ellos, estas frases
dañan la relación parteno-filial y provoca en los jóvenes frustración y
desinterés.