El filósofo,
pedagogo español Gregorio
Luri nos plantea la pregunta que titula este artículo:
¿Qué va
antes: el conocimiento o el aprendizaje?
Cuando traslado esta pregunta entre mis
conocidos, la inmensa mayoría (creo que todos a los que se lo he preguntado)
contesta que el aprendizaje da origen al conocimiento.
Gregorio Luri nos demuestra lo contrario con este
ejemplo y pensamiento: todos conocemos a personas que se saben la alineación de
los equipos de fútbol de memoria. Saben la vida de los futbolistas, sus
detalles. Y a medida que saben más de los equipos y jugadores, aprenden más
fácilmente. No tuvieron que aprender concentrándose, estudiando. Y esta forma
de aprendizaje ocurre con cualquier materia. Cuanto más sabemos de ella, más
fácil resulta aprender.
El
conocimiento va, por tanto, antes que el aprendizaje
Nuestra misión como educadores es
proporcionar a nuestros hijos la oportunidad de entrar en contacto con el
conocimiento para que – al igual que ocurre con el aficionado al fútbol –
puedan observar qué contenidos les interesan y apasionan más. Así pues, nuestra
misión es facilitarles ese contacto y hacerlo en las mejores condiciones
posibles (con los mejores guías, profesores, recursos, con nuestra compañía).
Quique Dacosta es un cocinero extremeño
de nacimiento y valenciano de adopción (dianense – de Denia- para ser exactos).
Es el creador y propietario de un restaurante con su nombre que tiene tres
estrellas Michelín, algo al alcance de poquísimos y que requiere un talento,
una creatividad y un trabajo desbordante.
Quique es de una familia humilde. Sus
padres se separaron y su madre fue a vivir a Denia. En una de sus visitas,
cuando tenía 14 años, le dijo a su madre que quería ser Dj y ella le respondió
que cuando viniera le buscaría un trabajo en una discoteca. Una vez que hubo
llegado a Denia, su madre le aclaró que ese no era trabajo para un niño de su
edad. Quique estaba acostumbrado a ayudar en casa y se puso a buscar trabajo. Y
se puso a caminar por la carretera (literalmente). Paró en un restaurante
pidiendo trabajo y tuvo la suerte (como él mismo dice) que ese día la persona
que fregaba los cacharros no hubiera aparecido.
·
¿Sabes hacer algo? – le preguntó la
dueña del restaurante-.
·
No, solo correr – contestó Quique.
·
¿Sabrías fregar?
·
Supongo que si me enseñáis, aprenderé.
Fue el momento en el que Quique entró en
contacto con el mundo de la cocina (el conocimiento). La mezcla de su necesidad
y pasión fueron los ingredientes iniciales para encontrar un rumbo profesional
que su trabajo, valor, tenacidad, fuerza le llevaron al éxito.
Conclusión
educativa: descúbreles sin prejuicios
Te propongo que lleves a tus hijos a que
conecten con muchas y diferentes fuentes de conocimiento. Que descubran contigo
la cocina, el teatro, el cine, la pintura, el trabajo de un médico, de un
buceador, del economista, el taxista, cajero, filósofo. Deja que descubran
contigo al lado y sin que tus prejuicios les hagan temer por expresar su
opinión. Puedes descubrirles profesiones, lugares a través de la literatura, de
los vídeos, viajando, tocando, practicando… Quizás descubras en su mirada y en
sus gestos qué es lo que les puede hacer más felices, para qué tienen más
habilidades, dónde se encuentran más a gusto.
Para ayudarle en su aprendizaje en las
tareas escolares, quizás puedas facilitar su contacto con el conocimiento
llevándole a sitios donde puedan explorar contigo lo que está estudiando. Nos
viene bien, en definitiva, saber que su aprendizaje será más fluido en la
medida que entra en contacto con el conocimiento, como nos propone Gregorio
Luri.
No hay dos
vidas iguales. Dejemos y ayudemos a nuestros hijos que se
construyan la suya.